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domingo, 8 de agosto de 2010

Pasión 1

Él, con sus 107 años de antigüedad, es capaz de manejar los sentimientos de miles de personas. Con su templo construido entre Mozart y Corbatta, se hace escuchar mediante los guardianes del imperio que enmudecen al enemigo cantando, entre otras, las melodías que mis oídos mas disfrutan.
Él, con sus miles de HINCHAS, es el máximo campeón de la era en que no se jugaba por papeles valorados por la firma de gobernantes sino por el amor a la pasión. Con siete gritos seguidos de "campeón" y dos apartados, si las matemáticas no me fallan llega a los nueve gritos.
Él, con su tricampeonato, en la era ya manchada, logró lo que nadie había logrado y que hasta ahora solo lo logro con otra institución pero que es diminuta comparada a nuestra grandeza.
Él, con su ida al descenso, provocó la tristeza de la gente que lo defiende y provoco la alegría del demonio. Malditos mantenidos por la Asociación de Fracasados Anti-fútbol. Este fue el momento en que se hizo grande, cuando los malos resultados no eran proporcionales a la gente que visitaba el templo.
Él, con sus guerreros alquilados representando a un equipo regional, se movió por el camino preferido del masoquista. Y así es como estos sacrificados lograron mantener una de las instituciones mas grandes del mundo.
Él, cagado con un pedido de quiebra en el escritorio y siendo analizado por una "vieja chiflada", revivió tras ser rematado. Otro memorable acto de quienes demuestran ser fieles a su pasión mas allá de si esta suma de a tres o no.
Él, con su grito de campeón, en un torneo local, después de treinta y cinco años, movilizó a todos sus adeptos y de esta forma colmó su templo de gente y el micro-estadio de los amargos vecinos de Liniers.
Él, con un gerenciamiento organizado por una sociedad anónima, jugó el mini-torneo organizado para salvar del descenso a la amargura nacional, aun así, Avellaneda pudo festejar.
Hoy, él, con las esperanzas renovadas de sus seguidores, pelea por seguir escribiendo historia pero ahora no con un tinte dramático sino con una lapicera que solo fue inventada para escribir comedias.
Yo, por estas y muchas cosas mas es que te declaro uno de los amores de mi vida y de esos de los que nunca me podría separar.
Te amo Racing...


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