Una hoja oscura,
un lápiz pasado de años.
Ideas que no fluyen
por un río estancado.
Intento bajarme,
y el mundo no frena.
Su rotación acelerada,
altera mi rumbo.
Su huella marcada
en cualquiera de mis paisajes.
El llanto de un cachorro
que destruye mis pensamientos.
Caballos dejan de ser animales
para ser medidas de fuerza,
y el pasto del campo
para ser ladrillos apilados.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Difícil, imposible nunca
Publicado por El Inia en 16:22
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